El
verano es el tiempo de las llamadas “serpientes de verano” del mundo de
la prensa, que se refieren a ese tipo de noticias que basándose en un
hecho real, como si de una película de Antena 3 se tratase, hacen una
bola para crear una noticia mayor y poder publicarla.
Es
como aquella famosa historia, que combinaba los siguientes elementos:
Ricky Martin en un armario, una adolescente incandescente, un perro y un
bote de mermelada. ¿Os acordáis?.
Así, navegando por Internet, descubrí la siguiente historia que os muestro tal cual la encontré:
El
otro día me levanté fatal, un gripazo de la ostia, de esos que te hacen
hablar como Dudo el de los fraguel. Tanto es así que cuando llegué a
fraguel rock, digo al curro, el jefe viendo que no daba pie con bola, me
mandó para casa a sudarlo. Que majete, no fuera a ser que se lo pegara y
le jodiese sus próximas vacaciones.
Así
que llegué a casa. Nada como llegar a casa, con tu novia esperándote
para darte su cariño y un frenadol calentito para recuperarte. Pero
nadie me esperaba, y del dormitorio venían unos jadeos como si de un
orangután llamando a Tarzán se tratase. Así que me armé de valor y fuí
al dormitorio, abrí la puerta y me encontré al orangután… mi novia en
pelotas sentada delante del ordenador.
Al verme me preguntó “¿Que haces aquí, como has venido tan pronto?”
-“Pero Débora ¿que estas haciendo?” Respondí yo ante la sorpresa.
- “No me cambies de tema, que ¿cómo has venido tan pronto?”,
Y
mientras me decía esto, su mano derecha agarraba uno de esos
consoladores con forma de porra de policía americano, vamos que por un
momento me acojoné no vaya a ser que hiciera realidad el dicho aquel de:
Encima de cornudo, apaleado… por una polla de plástico.
Me
acerqué al monitor y ví al bartolo con su pareja femenina la bartola en
plena caída de erección y cubierto por un cucurucho de papel. El
bartolo muy gentilmente al verme por la webcam, dejó que el cucurucho
cubriera sus partes, se dirigió al teclado y escribió: Hola, mi nombre
es Jacinto. Al menos una cosa hay que reconocer, el tío es educado, un
cabrón, pero educado que para eso hay que tener clase. Estuve por
responder “encantado”, pero ¡qué coño!. El encantado era él, pues el
gusto era suyo.
La
verdad es que antiguamente, el hombre aplicaba toda su sabiduría para
resolver este tipo de situaciones: Sacaba la escopeta y el tío salía por
la ventana. Pero aquí,… ¿que hago?. ¿Le corto la conexión?, ¿le lleno
el buzón de spam?, ¿le suscribo a la página de Sánchez Dragó?, ¿o nos batimos en duelo… en una partida en red a ver quien gana?.
Así que mientras en esas estamos, yo cuelgo mi historia en los Foros de Internet en busca de sugerencias, que esta visto que Internet da para mucho juego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario