viernes, 2 de diciembre de 2011

El Toque Humano (7 de septiembre de 2007)

Esta noche me invitó a cenar mi amiga Ruth en su casa. Al hilo de preparar la cena, poner la mesa y disfrutar de la sobremesa, las palabras y las conversaciones fluyeron de manera natural y sincera.Vamos, estaba tan a gusto que le habría confiado el número de mi tarjeta de crédito si me lo hubiera pedido.

Y es que cuidar el contexto es fundamental, porque relaja y predispone para que se produzca una conversación tan natural y fluida como la de esta noche. Yo reconozco que más de una vez he pecado de ser demasiado directo, y de no cuidar ese contexto para crear un buen ambiente. Así claro, he generado tensión, la otra persona se ha puesto a la defensiva, y al final me ha salido el tiro por la culata, para que os voy a engañar.

Es ese toque humano, sencillo pero complicado a la vez de lograr, y que depende realmente no sólo de uno mismo, sino también de la predisposición de la otra persona, de que esté receptiva y no genere tensiones inútiles. Solo así se puede lograr ese clima, donde se está tan a gusto que comunicarse es un placer primero, y un intercambio de ideas y sensaciones después.

Eso si, si en vez de con un amigo o amiga, estás con la persona que quieres, y le añades un buen vino, unas velas, unas caricias oportunas, y un par de palabras al oído, os aseguro que la otra persona se os derrite,  y que el momento además de tener un toque humano, tiene su toque mágico.

Así que visto lo aprendido en esta cena, estoy como loco por preparar una y ponerlo en práctica, ¿quién se apunta?

Jose Antonio Rodríguez Clemente

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