En
la vida, cuando abres demasiado la boca acaban partiéndotela. Lo mejor
que puedes hacer es ir paso a paso, con organización pero sin
obsesionarte, trabajando día a día. Por muy bueno que te creas, siempre
hay alguien mejor, por lo que si no trabajas no conseguirás tu objetivo.
Anoche
estaba viendo un partido, mi querido Madrid se enfrentaba a mi también
querido Liverpool. Es curioso, el primer partido que recuerdo en mi vida
fue entre estos 2 equipos, quien me iba a decir a mí que mi vida iba a
acabar ligada a ambas ciudades. Curiosidades del destino.
Hace
un par de semanas el presidente, interino para más inri, del Madrid,
decía que iban a “chorrear” al Liverpool. Vamos que le iban a pasar por
encima. Se atrevía a decirlo él, que proviene de una presidencia llena
de pijos engominados, que son tan ratas que no se gastan un duro en
cortarse bien el pelo, pero que se llevan una pasta gansa por no hacer
nada sino gala de sus incompetencias (recordad aquel pucherazo de la
asamblea, o el casi millón de euros con que “indemnizaron”al jefe de
peñas al que culparon).
Así
mientras estos años, el Liverpool ha ido trabajando con su entrenador,
día a día poco a poco; el Madrid se ha movido a empujones, con 5
presidentes y 7 entrenadores. Y claro, cuando uno trabaja, tarde o
temprano los resultados acaban apareciendo. Y cuando no lo hace,
también, aunque estos sean malos.
Le cayeron 4 como 4 soles, como pudieron caerle 8 sin exagerar un pelo. Y le dieron una gran lección de humildad. Y de trabajo.
Yo
ya hace tiempo aprendí esa lección del obrar callado, y he tratado en
la medida de lo posible de ponerla en práctica. Alguna gente se ha
cabreado siempre conmigo porque, cuando llegaban los exámenes nunca
decía que me había salido muy bien, aunque así fuera. Y es que no hay
que vender la piel del oso antes de cazarlo. Solo trabajar, con
organización y con esfuerzo, pero poco a poco, en silencio. Luego los
resultados ya llegarán.
Al menos me alegro porque uno de mis 2 equipos, el de mi otra ciudad, dio una gran lección de fútbol, de humildad y de trabajo.
Jose Antonio Rodríguez Clemente
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