viernes, 2 de diciembre de 2011

El Poder de Tu Sonrisa (29 de agosto de 2007)

Hay que ver como a veces una imagen no vale más que mil palabras, sino un millón, no ya por lo que significa sino por lo que provoca. El otro día estuve limpiando el ordenador y me encontré una serie de fotos, y entre ellas una. Una con una sonrisa, una sonrisa de esas que aunque no quieras te embauca, y te hace sonreír a ti también.
 
Estaba entre otras fotos, alguna de ellas con una sonrisa mejor estéticamente (por aquello de sonreír con los ojos, etc.), pero esta me hipnotizó, reflejaba a la vez inocencia, ternura y cierta complicidad con la cámara. Parecía que se iba a arrancar a reír de un momento a otro, con una risa entrecortada de esas que me vuelven loco, como la que tenía mi hermano de pequeño, cambiándome la cara y poniéndome esa cara de tonto, tonto si pero de felicidad.
 
Recuerdo que una vez estuve trabajando en una farmacia, en la cual leí uno de esos documentos que dejan las empresas para infundir la política que quieren en sus empleados. En el documento contaba a modo de cuento, que si muestras una sonrisa, incitas a la otra persona a sonreír, y que si vas sonriendo por la vida, vas haciendo a la gente sonreír y por tanto repartiendo buenas vibraciones. Era un cuento un poco absurdo, pero cierto como la vida misma.
 
Y es que la predisposición de uno para las cosas, para transmitir vibraciones, como por ejemplo la sonrisa, puede ser fundamental para las mismas. ¿Cuántas veces no la habremos cagado por meter malas vibraciones o tensión donde, con una simple sonrisa y un par de buenas palabras, se habría resuelto el problema?.
 
Por ello cuando nos veamos, muéstrame la mejor de tus sonrisas, yo te lo agradeceré, y los demás también.
 
Jose Antonio Rodríguez Clemente

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